Bueno, este fin de semana no hemos parado. Una vuelta por Pamplona, cena con familia y amigos, y paseo de otoño por Uitzi, un pueblecito navarro cercano a Leitza que ofrece un suave recorrido para hacer con pequeños y no tan pequeños. Como ya asoma el otoño y las hojas de los árboles ya amarillean, y como todavía nos queda un poco de viento sur después de algunas gotas de lluvia, salimos animados por ahí sabiendo que a lo mejor encontramos alguna seta y que dentro de poco llegará el invierno y será más difícil hacer excursiones de éstas.
El paseo es muy sencillo pero muy bonito. Casi horizontal, es un camino que une Uitzi con el pueblo vecino, Gorriti, de unos cinco kilómetros. Pasa por campos abiertos, una vaquería, un pequeño bosque de hayas donde paramos a comer un rico bocata de tortilla y un alto desde el que se ve el Parque Natural de Aralar, que es un sitio al que también tenemos que acercarnos (seguramente en primavera).
Hemos visto pocas setas. Muy pocas. Está siendo un otoño seco y eso se nota incluso en el sotobosque del hayedo, porque la hojarasca está seca y nada húmeda. Pero hemos tenido otros momentos como cuando se nos han acercado unos cuantos caballos para que les diéramos de comer o cuando Hugo se ha subido a lo alto de una haya. Hemos subido hasta el alto que hay antes de bajar a Gorriti y desde allí hemos vuelto a los coches. Se nos hacía tarde. Pero la excursión completa es llegar al pueblo y volver por la carretera NA-4011. Ah, y una pena que sea domingo, porque si vais otro día no dejéis de comprar requesón y queso curado de oveja en la quesería que hay en lo alto del pueblo, al lado del frontón. No se pueden describir las tostadas de requesón con mermelada casera de melocotón que nos preparamos después de la jornada. Impresionantes.
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