2013/07/08

EL DÍA DEL CHUPINAZO

Un año más y un chupinazo más. Como hace doce meses, no faltamos a la cita del seis de julio y nos plantamos en Pamplona para celebrar con familia y amigos unos nuevos San Fermines. El día del Chupinazo, como sabéis, lo comenzamos con el ritual del almuerzo de magras, huevos y tomate. (alguno ha desayunado estofado de rabo o ajoarriero, pero lo típico son las magras). Con el estómago bien alimentado y regado llega el momento más esperado, porque marchamos en dirección a la Plaza del Ayuntamiento para asistir al comienzo de las fiestas. Nosotros no nos plantamos en el centro de la famosa plaza, la que sale en televisión en directo, porque conocemos un lugar más cómodo y muy cercano, que es la Plaza de Los Burgos. Está al lado y, aunque hay gente, se puede estar, esperar al lanzamiento del cohete y celebrar alegremente el momento de ponerse el pañuelico. Esto lo hacemos todos los años y este no ha sido distinto.

Después de uno de los momentos más especiales de los sanfermines, seguimos la ronda y pasamos del sorbete de limón al embutido con la misma facilidad que visitamos peñas, callejeamos y escuchamos comparsas, bebemos y bailamos. Todo un día de diversión y alegría en una ciudad que se transforma por completo y que estalla espectacularmente en blanco y rojo.

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