ESCAPADA A MALLORCA (II)

La escapada a Mallorca ha sido corta pero ha dado para hacer muchas cosas. Visita al centro histórico, comidas típicas... El paseo nocturno del viernes fue de lo más agradable. Callejear por las calles viejas de Mallorca a la luz de las lámparas, en pleno septiembre mediterráneo, es un momento de reposo y tranquilidad, un regalo para la vista al pasear por entre monumentales edificios y estrechas callejuelas. Pasar por las murallas, rodear la espectacular Catedral de Santa María de Mallorca (tal vez el mejor ejemplos del gótico levantino), visitar la Lonja (otro edificio gótico civil precioso), entrar por una entrada y salir por otra de iglesias como las de San Francesc o Santa Eulalia, pasar por el Ayuntamiento,... Y mucho más. Lo mejor es dejarse perder por un Casco Histórico muy bien cuidado y extenso, dejarse acariciar por la noche templada y la tranquilidad de pequeños rincones y terrazas donde la gente disfruta de un buen vino y algo de comida típica.

De entre todos los lugares que Miguel y Amparo nos recomendaron para cenar, elegimos el Celler Sa Premsa. Y damos fe que acertamos. Elegir un celler en Mallorca (un celler es una bodega) es probar comida típica de allí. Nos dimos un festín porque pedimos de casi todo: tumbet -plato de verduras-, sobrasada frita -increíble-, frito mallorquí -sabrosísimo plato elaborado con asadura de cordero-, sepia al estilo mallorquín -preparada con tomate frito-, boquerones fritos, mejillones a la marinera y parrillada de pescado, con merluza, emperador, rape, calamar y mejillones a la plancha. Sencillamente sabroso. Para acabar un postre típico como tarta de almendras y pastel de requesón. El servicio muy amable y el sitio auténtico. Seguro que volvemos la próxima vez que estemos por allí.

Después copeo por la zona del paseo y vuelta a descansar. Ah, la puesta de sol la vimos en Porto Adriano,  situado entre Port Andratx y Palma, un espectacular puerto de barcos atracados de gran lujo, con unas instalaciones recién acabadas y diseñadas por Philip Stark.

En resumen, escapada a Mallorca de fin de semana muy intensa, completa y divertida. Barcos, baños, comidas, risas y sol. Como para no volver...